Digital transformación


Bernd Ferber

¿Qué competencias deben tener hoy los especialistas y directivos en el curso de la digitalización? El lector y el oyente atentos observarán dos tesis principales en los debates en curso en los medios de comunicación sobre el tema de la digitalización. La primera tesis es que la digitalización nos afectará a todos en un futuro próximo. La segunda tesis es que nuestras vidas y el mundo laboral cambiarán drásticamente en el futuro como consecuencia de ello.

Su explorador de tendencias digitales en Tempulse Global Consultancy, aclara:
Ambas tesis son erróneas. La digitalización ya está aquí y lo está cambiando todo. Los mercados cambiantes están obligando a las empresas a replantearse sus estructuras organizativas y a los directivos, en particular, se les pide más que nunca que se reposicionen. Actualmente, muchos directivos no están preparados para reaccionar con rapidez a la dinámica de los mercados.
La atención se centra actualmente en las competencias que se exigen a los directivos y en una adaptación de la forma de entender el papel de los empleados: el liderazgo compartido, en el que a los miembros de un equipo se les atribuyen competencias de gestión individuales o, temporalmente, incluso toda la gestión de un proyecto, conduce a una descentralización de la autoridad. Las jerarquías son cada vez más planas. Mientras que las estructuras organizativas solían estar fuertemente jerarquizadas, actualmente se exige a los directivos que cambien rápidamente su forma de entender su papel. El navegante de equipo ya ha llegado al presente y no es el futuro. Además de su propia integración en los procesos de trabajo del equipo, los directivos son responsables de la composición de su equipo, creando así nuevas estructuras que cambian la organización. Los empleados definen conjuntamente los propios hitos del equipo.

Conclusión

Los especialistas y directivos responsables de las estructuras organizativas digitalizadas de hoy en día quieren una libertad adecuada en el diseño de su lugar de trabajo y un equilibrio entre vida laboral y personal. Los directivos deben reconocer y combinar rápidamente las capacidades individuales de los empleados. La asertividad y la “omnisciencia” pasan a un segundo plano. El poder se redistribuye y ya no se acumula en la cúspide del equipo. En su lugar, los nodos de la red cambian constantemente.

Se requiere dinamismo a todos los niveles imaginables: los proyectos y las tareas deben reajustarse constantemente. Hay que moderar los procesos de cambio a corto plazo y entablar un diálogo permanente con los empleados para adaptarse a unas condiciones en constante cambio y recibir retroalimentación. Ferber deja claro que el diálogo es el mayor reto para los directivos, ya que la digitalización del presente también aumenta las posibilidades de los puestos de trabajo flexibles. Los buenos directivos dialogan con sus empleados, intentan comprenderlos y orientarlos. Al fin y al cabo, el “big data” y las últimas tecnologías del presente no proporcionarán estas habilidades humanas.

Nuestro resultado: la personalidad no puede digitalizarse, afirma Bernd Ferber.